Los viejos motores monocilíndricos tenían la carrera larga. Un “pon, pon, pon” machacón e infatigable, pero también un destino de largo recorrido, de carreras largas por carreteras infinitas, e impredecibles viajes por parajes sin descubrir.
Es la carrera larga, sin prisa, sosegada, en motos fuera del tiempo, sin modas, por el puro placer de viajar que nos impregna de lo que nos rodea, de lo más importante: del viaje; de la moto.
El viaje y la moto se nos muestran como una manera de disfrutar e interpretar la libertad, más interior que compartida, en un mundo cada vez más frenético, más mediático, más gregario.
Por fortuna, aún quedan rincones por explorar y tiempo para la reflexión. Tiempo para hacer las cosas de otra forma, para descubrir lejanos lugares y soñar con viejas historias ya vividas en amarillentas páginas de antiguas revistas.
Aunque esté todo inventado, aún tenemos tiempo. El afán aventurero encontró su vehículo ideal en la motocicleta, en el invento más romántico del siglo XX. Un canto a la libertad mecanizado; un tacto y un olor inconfundibles, como un caballo mecánico sin igual, admirado y temido, pero de ensueño, que abrió las puertas a la imaginación y a la libertad restringida.
Esta carrera larga que aquí comienza es un gran paisaje; como la visión de nuestros ojos: ”apaisajada”, horizontal, que llega hasta donde se pierde la vista, en la línea que separa la realidad de los sueños. Para ello nos hemos reunido: para traspasar el horizonte a lomos de añejas o actuales monturas, recorriendo el mundo de nuestros sueños, de nuestros viajes a lomos de nuestras motos preferidas. Las que tenemos, las que quisiéramos tener o las que tendremos.
Aquí comienza nuestro viaje, este largo recorrido nos llevará por las sendas más increíbles con personajes irrepetibles que han hecho del camino su vida,regalándonos la alucinante posibilidad de convertirnos en protagonistas de esas historias de viajes en moto por lugares insospechados.
Todo esto y quién sabe si más, encontraréis en este cuaderno que os proponemos, convirtiendo la ocasión en una fiesta a la que os invitamos…
Ya estamos en marcha, con nuestro equipaje preparado para un largo recorrido sin un destino fijo, y con nuestra moto de carrera larga, sosegada, infatigable, perfectamente puesta a punto.
Angel de la Maza.